La tecnología ha transformado la manera en que vivimos y trabajamos en el mundo moderno. Desde los teléfonos inteligentes hasta la inteligencia artificial, las innovaciones tecnológicas continúan evolucionando a un ritmo acelerado. Estas herramientas no solo han mejorado nuestra capacidad de comunicarnos, sino que también han facilitado el acceso a la información y han impulsado el desarrollo de nuevas industrias. Sin embargo, el rápido avance tecnológico también plantea desafíos, como la necesidad de adaptarse a cambios constantes y de abordar cuestiones éticas relacionadas con la privacidad y la seguridad de los datos. En este contexto, es crucial que las sociedades encuentren un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la tecnología y mitigar sus posibles riesgos
